jueves, 10 de noviembre de 2016

Creé

Una nube de eco
                 blanca
inunda la habitación, 
la cree controlar,
pero brota de mí.

Febril, ordinaria,
cínica
como el que no es
pero quiere ver.

Orgánica es la ira
brutal,
cristalina,
ancestral,
desde el nervio 
             duro
de mi existencia.

Me encierro
sobre mí,
como una cáscara  
              mojada,
dura y blanda,
              débil
dentro de sus acciones
minuciosamente elegidas
por mi hambre tiránica.

Lo acorralo
para encontrarme, me
golpeo para sentir 
algo, me corto
para ser la furia,
dentro mío algo
que no sea
                ficcional.

Como los pies
que se divorcian
cotidiano olvidarse
de mi
máscara.

El camina por la habitación,
acaricia la pared con suavidad,
esperando alguien
que lo devuelva
al centro de atención.

El blanco se esparce
como una enfermedad
en la vejez, una luz
lo recorre
desde los pies
hasta la nuca, 
su cara se gira violentamente.

Esos ojos
cuando me convertí
en vacío, lo miran
con tristeza 
              pensando

si este tsunami lo puedo parar
de si no era mejor
              sufrir
que este humo intenso.

El eco lo consume,
lo abraza,
lo contiene,
lo desintegra con la fuerza
de unas pocas sílabas.

La palabra
como ente regulador
lo abarca todo
              y lo destruye.

Acá
las cosas son
como yo 
quiero.




martes, 8 de noviembre de 2016

La mirada del otro.

Partes
de un código,
que no puedo
        descifrar.

El rostro
que responde
a mi
       nombre.


¿Así me ven
          los que no me habitan?

domingo, 16 de octubre de 2016

¿Que yo me contradigo?
Pues sí, me contradigo. Y, ¿qué?
(Yo soy inmenso, contengo multitudes.)

W.w

martes, 22 de marzo de 2016

El lugar común


En el centro
del azul transparente
Juan recuesta su cabeza

Tiene humo en los ojos
se esfuerza por cerrarlos
lastima la claridad del ambiente

Lo rodea una bruma
compuesta por finas capas
como un laberinto
sin principio

Desde abajo
Mira alrededor pero no
encuentra sombras

Una voz maternal le acaricia el oído

Siempre cerca al principio

Su mano gira en círculos
buscando el fondo
pero solo roza el eco azul

La luz del aire se vuelve
mas violenta

Juan cierra los ojos para ver
el azul da lugar al gris oscuro

La voz sube impaciente
se inserta mas cerca
mas profundo

Siempre volviendo al principio

El intenta incorporarse pero un pulso
oscuro lo retiene

Aprieta sus ojos para defenderse
la bruma azul se encolera lo
rodea sin compasión

La voz maternal aulla
peligrosa

Nunca terminar nada

La mano se detiene
se queda inmóvil sobre
su rostro fundido

La luz hambrienta se apaga
lentamente

En el centro
del azul transparente
Juan recuesta su cabeza.